jueves, 8 de mayo de 2014

David (1501-04). Miguel Ángel Buonarrotti


Cuando Miguel Ángel se hizo con el bloque de mármol del que saldría su David, éste ya estaba medio desbastado, así que tuvo que hacer milagros para sacar algo de ahí. Es por esto que la obra tiene ciertos defectillos, tales como la estrechez de perfil, la mano derecha muy grande, la pierna en reposo muy larga y la cabeza algo gorda, aunque esto fue deliberado para corregir la perspectiva al ser una escultura de más de cuatro metros y estar sobre un pedestal. Así y todo, anatómicamente es una maravilla y su ceño fruncido mítico. El escultor plasmó un momento de tensión, justo el instante en el que el joven pastor se concentra en su objetivo para calcular cómo derrotarlo. La aparente relajación no es tal si nos fijamos en los músculos hinchados, prestos para iniciar la acción de lanzar la piedra con la honda.


2 comentarios:

  1. El David de Miguel Ángel siempre me ha encantado pero desconocía por completo los detalles que comentas. Especialmente me ha llamado la atención lo de la cabeza, qué gracia! La fotografía de David Gandy posando como él, independientemente de todos los obvios motivos, me parece fabulosa. Gran comparativa, Cassandra!
    Besotes!

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