martes, 23 de diciembre de 2014

Los ojos cerrados (1890), Odilon Redon

En los años 1890, Odilon Redon interpreta a veces en color, algunos de sus dibujos o grabados. En el comienzo de esa década pinta Los Ojos cerrados, sin duda un retrato de su esposa Camille Falte, reanudando de este modo con la composición de un dibujo anterior.

Los ojos cerrados por el sueño o la muerte, evocan el mundo interior, el sueño, la ausencia o la aparición, temas fecundos en Odilon Redon, como lo narra en Para sí mismo, su diario íntimo publicado en 1922. La extremada dilución de la pintura la convierte en casi inmaterial, dejando aparente el grano del lienzo. El busto parece flotar en un espacio que el artista deja indefinido.

Este rostro hace referencia a los bustos del renacimiento italiano del siglo XV, a los mármoles de Francesco Laurana en particular. También guarda sin duda el recuerdo del Esclavo moribundo de Miguel Ángel, mostrado en el Louvre, que había conmocionado a Redon y del que había comentado en su diario el extraño de los "ojos cerrados". Icono del simbolismo en pintura, es la primera obra de Redon que entró en las colecciones nacionales, elegida en 1904 en el taller del artista por Léonce Bénédite, el director del museo del Luxemburgo.




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